La asertividad, una habilidad que tenemos todas las personas que nos permite expresar de manera adecuada, sin hostilidad, nuestras emociones frente a otra persona.
Una habilidad, que muchas veces nos cuesta ejercitar por muchos aspectos diferentes. Por este motivo, es aspecto relevante de informar y de poner un tratamiento para poder mejorarla.
La asertividad, parte de la idea de que todas las personas tiene unos derechos que debemos respetar de nosotros mismos. Nos ayuda a ser nosotros mismos, desarrollando nuestra autoestima a través de la comunicación eficaz.
Muchas veces nos habrá pasado que nos cuesta mucho decir que no, a peticiones, planes, incitaciones de mi red social o de mi pareja, por el miedo a que la otra persona se moleste o se enfade, porque nos sabe mal… pues bien, esto puede ocurrir en algún momento de nuestras vidas, pero si siempre utilizo este tipo de lenguaje es porque tenemos posiblemente un déficit de asertividad.
La asertividad, se basa en la autoafirmación y la expresión de sentimientos tanto negativos como positivos.
La persona asertiva es consciente de lo que siente o lo que desea hacer en cada momento y sabe decidir qué hacer según sus valores o ideas, de forma independiente a la aceptación de los demás.
Una de las consecuencias de la falta de asertividad son los estados de ánimo negativos, ya que expresar realmente lo que piensan es un sentimiento de conflicto personal y frustración. Pueden aparecer sentimientos de que no son dueños de si mismos o que los demás se aprovechan de mi. Es decir, personas con muchas inseguridades o con necesidad de sentirse parte del grupo.
Por eso, ¿qué relación hay entre la asertividad y la prevención de una posible adicción o consumo abusivo?
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