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ME ENFRENTO AL CAMBIO DE ARMARIO Y A VERME REFLEJADA EN EL ESPEJO



Como hacer el cambio de armario si sufro un problema de alimentación.









Con la llegada del calor, toca hacer el famoso cambio de armario. Guardamos la ropa de invierno y sacamos la ropa más fresquita para recibir el verano. Lo que para muchos es una tarea habitual en estos meses, para quienes sufren un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA en adelante), o simplemente no aceptan su imagen corporal, puede volverse una actividad de gran dificultad.



Quizás te estés preguntando cuales son los motivos de esta dificultad. Bien, para muchos la ropamás abrigada (pantalón largo, manga larga, jerseys anchos... etc.), es ropa de confianza con la que se sienten tranquilos de poder tapar su cuerpo, sin embargo la ropa de verano es todo lo contrario, prendas de tejidos finos que muestran nuestro cuerpo al descubierto.



Otro de los motivos importantes a destacar es que hacer el cambio de armario supone rescatar y volver a ver/probarte ropa que hacía un año no te probabas, con los consiguientes cambios que en un año pueden darse en tu cuerpo, ya que muchas veces la ropa de un año para otro no nos sienta igual, quizás nos queda más ajustado, quizás más suelto o simplemente, quizás ya no te gusta.



Cuando no aceptamos nuestra imagen, una parte de nosotros aprovechará este momento para hacernos daño: nos lanzará a la mente comparaciones de cómo nos quedaba esa prenda en otro momento y cómo nos sienta ahora y aparecerán los ‘’debería’’:



’Debería tener el mismo cuerpo que el verano pasado’’, ‘’debería haber hecho dieta todo el año para que ahora me entre ese vestido...’’ etc.


Ahora bien, esa culpa que sientes por lo que según tu voz crítica deberías haber hecho, no es una culpa real. Es culpa insana, es decir, aquella culpa que no nos enseña ningún tipo de aprendizaje, sino que únicamente nos pesa y nos castiga por situaciones que no tienen nada de malo.



Por ello, te recomiendo liberarte de esa culpa, pensando sobre todo que mantenernos en el mismo peso/talla durante toda nuestra vida no es algo sano, porque el cuerpo tiene que

evolucionar y continuar con su desarrollo, por lo que transitar por diferentes tallas es algo

común.



A continuación te propongo un par de herramientas que quizás te ayuden a realizar el cambio de armario de forma más sencilla.



Antes que nada, si crees que es una actividad que puede removerte o resultarte complicada, evita hacerla sol@. Piensa en alguien con quien tengas confianza para poder hablar de estos temas, con quien puedas sentirte cómod@ de probarte las prendas que sean necesarias.



Cuando empecéis a sacar la ropa de verano, a simple vista verás prendas que o bien no te

gustarán nada, o bien que de un vistazo sepas si te viene bien o no. Este tipo de prendas no hace falta que nos las probemos, porque es evidente que no nos gustan, por lo que te aconsejo ir guardándolas en una bolsa y pensando que quieres hacer con ellas: donarlas, regalárselas a algún familiar u amigo o por último aprovechar las plataformas de venta de ropa de segunda mano de las que a día de hoy disponemos.



Pero sobre todo recuerda, no guardes prendas que a día de hoy no te vengan pensando en ‘’quizás el verano que viene pueda ponérmelo’’, o ‘’por si acaso adelgazo y me lo puedo volver a poner’’. No sabemos qué pasará de aquí al verano que viene, pero lo que si es seguro es que tener las ‘’prendas recordatorio’’, que verano tras verano guardas con la esperanza o ilusión de volver a ponerte, no te va a hacer bien.



Comprar ropa nueva puede ser una opción si sientes que gran parte de tu armario se ha quedado atrás, si consideras que esto puede ser una tarea difícil te recomiendo que busques un día tranquilo, en el que puedas ir con calma de tiendas teniendo en mente aquellas prendas que necesitas comprar. Como sucedía a la hora de realizar el cambio de armario, si lo necesitas, puedes ir acompañada por alguien, para que en el caso de que te agobies, podáis iros a despejaros a otro sitio.



Al estar en la tienda, tu seleccionarás aquellas prendas que te gusten y tu acompañante, que puede ser nuestra persona de confianza, las tallas. De esta forma cuando vayas a probarte, evita mirar las etiquetas, prestando atención únicamente a si te gusta como te queda o no. Si en situaciones así aparece la ansiedad, podéis salir de la tienda, respirar o dar un paseo y decidir si retomar o no las compras. Al llegar a casa, tu acompañante puede recortar por ti las etiquetas de las tallas y así, poder disfrutar libremente de las prendas sin juzgarte o sentirte mal por el número que aparece en ella.



Y recuerda, si lees este blog y sientes que algo en ti no está bien y que necesitas ayuda, podemos ayudarte y acompañarte en tu camino hacia el bienestar.






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