‘MAMÁ, PAPÁ ¡TODOS ME MIRAN!’

Audiencia imaginaria y adolescencia.

La frase de ‘todos me están mirando’ es una de las más mencionadas en la etapa adolescente. Algunos padres, con la intención de reconducir a sus hijos y calmar la preocupación que esto les supone, pueden llegar a asociar esto a un ‘simple’ hecho de ‘egocentrismo’. Sin embargo, esto es más común de lo que creemos y lo explicamos a continuación.

La adolescencia consiste en una etapa de búsqueda de identidad. Gracias a la adquisición del pensamiento formal (hecho que se produce de forma adaptativa en la adolescencia temprana) , existe una nueva capacidad para no sólo pensar en nuestro propio pensamiento sino también en el pensamiento de otras personas, cosa que conduce a los adolescentes a una nueva forma de ‘egocentrismo’.

En 1967, el psicólogo infantil Elkind introdujo el concepto de auditorio imaginario o audiencia imaginaria para denominar dicho fenómeno.

La nueva capacidad de introspección para reflexionar sobre sus propios pensamientos hace que se preocupen tanto de sí mismos que tienen verdaderas dificultades para distinguir entre lo que los demás están pensando y sus propias preocupaciones, llegando al extremo de concluir que los demás están igualmente obsesionados por su apariencia y su conducta que ellos mismos. Así, anticipan continuamente cuáles serán las reacciones que van a producir en los otros, como si estuvieran en escena buena parte del tiempo frente a un “auditorio imaginario”.

De esta manera, sin importar el lugar donde se encuentren, siempre sienten que son el centro de atención.

Ahora bien, el hecho de que este suceso se deba a efectos imaginarios, no supone que estemos ante un trastorno neurológico y mucho menos, que debamos invalidar la preocupación del adolescente con frases como ‘son todo imaginaciones’. Esta preocupación de la etapa adolescente es una característica más de una etapa donde se crea la identidad y, para crear una identidad sana, es inevitable que indaguemos en cómo nos ven los demás.

Como aportación positiva, la creencia de estar siendo observado de forma constante puede conllevar una mayor conciencia de sí mismo. Por otro lado, también puede conllevar una interpretación distorsionada de los puntos de vista de los demás.

Aunque resulte contradictorio, con la aparición de la audiencia imaginaria hablamos de un hecho adaptativo, ya que contar con un ‘público imaginario’ podría ayudar al adolescente a descubrir cómo quiere ser en el futuro.

Sin embargo, su aparición también puede influir negativamente en el comportamiento del adolescente, conllevando conductas desadaptativas y llevándolo a una construcción de una identidad poco sana.

Dicho esto, ¿qué tipo de conductas deben ser signo de alarma?

● Presenta gran resistencia o temor a situaciones donde podría ser juzgado.

● Experimenta gran angustia por sentirse avergonzado o humillado.

● Temor intenso de interactuar o hablar con extraños.

● Temor a que los demás noten que está ansioso o intranquilo.

● Temor a tener síntomas físicos que puedan causar incomodidad, como sudar, temblar o que le tiemble la voz.

● Dejar de hacer algunas actividades o dejar de hablar con ciertas personas por miedo a sentirse avergonzado.

● Evitar situaciones donde pueda ser el centro de atención.

● Tener ansiedad en los momentos previos a enfrentar una situación o actividad.

● Miedo intenso o ansiedad durante las situaciones sociales.

● Después de una situación social, analizar reiteradamente el desempeño e identificar fallas en las interacciones.

● Esperar las peores consecuencias posibles de una experiencia negativa en una situación social.

Como se ha comentado con anterioridad, el fenómeno de la audiencia imaginaria es un hecho adaptativo que no debe preocuparnos. Sin embargo, la idea excesiva de que todo el mundo está pendiente de nosotros, puede conllevar una gran incomodidad ante la interacción social. Por ello, si detectas esta sintomatología en tu hijo/a adolescente o la estás experimentando tú mismo, te recomendamos acudir a un profesional para que esto no llegue a suponer un problema en tu vida social, siempre rumbo hacia tu bienestar.