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Foto del escritorMaría Rubio

ASUMIR RIESGOS DURANTE LA ADOLESCENCIA

Entender su papel en el crecimiento




La adolescencia es una etapa única y llena de cambios donde explorar y asumir riesgos  son conductas naturales. Estos comportamientos, aunque preocupantes para muchos padres y madres, son en realidad parte fundamental del desarrollo adolescente y se originan, en gran medida, por los cambios que ocurren en el cerebro durante esta fase. 


¿Por qué los adolescentes asumen más riesgos?


El cerebro adolescente se encuentra en plena transformación. Durante esta etapa, el sistema límbico, responsable de las emociones y la búsqueda de recompensas, madura antes que la corteza prefrontal, que se encarga de la planificación y el control de impulsos.


Esto hace que los adolescentes experimenten una intensa necesidad de buscar emociones y placer, mientras su capacidad de evaluar consecuencias todavía se está desarrollando 

Además, la dopamina, neurotransmisor asociado al placer, actúa de forma especialmente intensa en los adolescentes, lo que hace que actividades nuevas y emocionantes resulten mucho más atractivas y gratificantes para ellos.


Tipos de riesgos en la adolescencia


Los adolescentes pueden asumir riesgos en varios ámbitos:


  1. Riesgos Sociales: La presión de grupo tiene un papel importante, ya que el deseo de ser aceptado en su círculo social puede motivar a los adolescentes a realizar actos que no considerarían solos, como el consumo de alcohol.

  2. Riesgos Emocionales: Las relaciones sentimentales y de amistad en la adolescencia suelen ser intensas y pueden llevar a decisiones impulsivas. La falta de experiencia emocional y la necesidad de independencia también juegan un rol en este ámbito.

  3. Riesgos Físicos: Involucrarse en deportes extremos, tener prácticas sexuales de riesgo, conducir de manera temeraria o experimentar con sustancias son algunos de los riesgos físicos más comunes en esta etapa.

  4. Riesgos Digitales: En la era de las redes sociales, los adolescentes enfrentan riesgos únicos, como la sobreexposición de su vida privada, el acoso cibernético y la participación en retos peligrosos que pueden comprometer su bienestar.

 

Los riesgos saludables y el desarrollo positivo


Aunque asociamos el riesgo con el peligro, no todos los riesgos son necesariamente negativos.


La adolescencia también puede ser una etapa para experimentar riesgos saludables y moderados que les permitan crecer y aprender

Por ejemplo, participar en actividades deportivas, artísticas o competitivas puede ser una forma positiva de asumir riesgos, ya que fomenta habilidades como la resiliencia, la autoconfianza y la toma de decisiones. Estos “riesgos positivos” ayudan a los adolescentes a desarrollar una identidad propia y a ganar confianza en sus habilidades.


Cómo los padres y madres pueden guiar la toma de decisiones


Para los padres y madres, manejar la asunción de riesgos en sus hijos e hijas adolescentes puede ser desafiante. En lugar de prohibir o controlar todas las actividades, es recomendable enfocarse en enseñarles a evaluar riesgos de forma consciente. A continuación, algunos consejos útiles:


  • Fomentar la comunicación abierta: Escuchar sin juzgar y mostrar interés genuino en la vida de los adolescentes puede hacer que se sientan cómodos para compartir sus experiencias y preocupaciones.

  • Establecer límites claros y razonables: Aunque es importante permitirles cierta autonomía, los adolescentes también necesitan límites para entender que algunas conductas pueden tener consecuencias negativas. Es ideal negociar estas reglas en un ambiente de respeto mutuo.

  • Enseñar a evaluar consecuencias: Los adolescentes pueden aprender a pensar en los resultados de sus decisiones con preguntas como: "¿Qué puede pasar si hago esto?" o "¿Hay alguna alternativa?". Esto fomenta la reflexión sin imponer una respuesta.


El rol de la identidad y la presión social


En la adolescencia, la presión social es una de las razones principales detrás de la conducta de asumir riesgos. Los adolescentes quieren ser aceptados y pueden asumir riesgos para obtener esta validación. Sin embargo, es posible ayudarles a desarrollar una identidad sólida y una autoconfianza que les permita resistir esta presión y tomar decisiones más independientes.


Conclusión


La asunción de riesgos en la adolescencia es una fase natural del desarrollo que, aunque puede parecer desafiante, también ofrece una oportunidad para que los adolescentes adquieran habilidades esenciales para la vida adulta. Con el apoyo de los padres, madres y personas cuidadoras, los adolescentes pueden aprender a gestionar estos impulsos, asumir riesgos de manera saludable, prepararse para un futuro lleno de decisiones autónomas y conscientes y poner Rumbo hacia su Bienestar.

 

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