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EL PESO DE LA RESPONSABILIDAD DE LOS PADRES


¿Qué es lo que más y lo que menos te gusta de ser P/Madre? Esta es una de las preguntas que suelo hacer a los papis que acuden a mi consulta. ¿Te haces una idea de la respuesta que más me dan? LA RESPONSABILIDAD.


Tanto en positivo, algo que han adquirido y se enorgullecen de tenerla, como en lo negativo, sentir el peso de ser los responsables directos de esos renacuajos y futuros adolescentes y adultos.


Convertirse en madre o padre no es un título que se otorgue al tener un bebé, sino que es un proceso. Un proceso de cambio y aprendizaje constante. Tus peques requieren de tanta atención y cuidado que, de cierta manera, te anulan. Anulan una parte de tu vida que te gusta o más bien que te gustaba y es por eso que prácticamente todos en algún momento sentís una parte de arrepentimiento y emociones encontradas en el proceso de la parentalidad… Dejas de recibir en tus relaciones para centrarte en una relación en la que aparentemente solo das… y encima la sociedad nos comunica de diferentes formas esto “Tienes que darles todo tu tiempo, todo tu esfuerzo y convertirles en seres hábiles, maravillosos y competentes, facilitarles la vida y que sean felices por encima de todo” ¡VAYA… me ha pesado hasta escribirlo! No es de extrañar que con este mantra acabemos en ocasiones sobreprotegiendo y haciendo más cosas por ellos de las que en realidad hacen falta.


“Cambiando una simple mirada hacia tu objetivo, cambiará tu manera de ver tu propia competencia como p/mami”


Esta obligación o responsabilidad ¿no es demasiado perfeccionista? Y si para más inri lo combinamos con el cansancio y el estrés del trabajo y del día a día te ves desbordada, gritándoles todo el día y luego arrepintiéndote de cómo lo estas haciendo o por ser “una mala madre” o “una mal padre”.


¿Qué puedes hacer para que esa responsabilidad no pese?


1. Céntrate en objetivos más a corto plazo. Ese fin de ahí arriba es un objetivo, más bien lejano, que no solo dependerá de ti.

2. Revisa tus expectativas y la manera en que lo estas haciendo y nivélalas a tus posibilidades y las de tu peque.

3. Céntrate en saber entender y conectar con las verdaderas necesidades de tus hijos.

4. La calidad es importante, tanto como la cantidad de tiempo que les dediques de manera exclusiva. Aquí habrá que recolocar prioridades, pero no te preocupes esas prioridades van cambiando conforme se van haciendo mayores. Además, vas recuperando más espacios de tiempo para ti y lo que también te gusta hacer.


Cambiando una simple mirada hacia tu objetivo, cambiará tu manera de ver tu propia competencia como p/mami. Llegarás a un punto de calma donde encontrar esos recursos y estrategias que no veías. Y si no acabas de verlas estaré encantada de acompañarte Rumbo hacia el Bienestar tuyo y de tu familia.

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