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VIVIR EN UN MUNDO ORIENTADO A LA IMAGEN


Facebook, Snapchat, twitter, Instagram, Youtube, Tiktok y muchos otros servicios que encontramos en Internet han logrado captar la atención de la sociedad. Nos conectamos de manera continuada a las redes generando una desconexión inconsciente con la realidad.


Desde nuestras pantallas miramos ventanas y ventanas de contenido audiovisual que nos muestran un mundo bonito, divertido, lleno de ideas ingeniosas, de conjuntos de ropa distintos, de hombres, mujeres, jóvenes e incluso niños felices y guapos. Y así, absortos en esa enorme cantidad de contenido, dejamos de mirar a nuestro alrededor, y de ver cómo es la gente que tenemos delante, nos perdemos los detalles de nuestra realidad, la comida que comemos, las calles por las que andamos, etc.


Es fácil dejarnos seducir por todo este mundo de belleza, pero no debemos perder de vista que es solo una imagen preparada, un escenario diseñado para atraernos.


Todos los usuarios de estas plataformas somos susceptibles de vernos seducidos por el deseo de ser como la imagen que vemos en ellas, de vestir, de peinarnos y de vernos como esas personas que aparecen. Y esa vulnerabilidad es aún mayor en nuestros adolescentes, que además dedican una mayor cantidad de tiempo a estar conectados a sus redes.


Sorprende el gran impacto que esto tiene en la sociedad. En los últimos años se ha incrementado exponencialmente el número de personas que desean realizarse intervenciones estéticas. Y lo mismo sucede en la consulta. La sociedad se vuelve insegura, la autoestima baja y los complejos suben. Nos comparamos continuamente y nos sentimos frustrados al descubrir que no somos perfectos, que no viajamos todo el tiempo, que no tenemos una talla 36 ni un pelo abundante.


Pero Qué podemos hacer para cambiar de rumbo?


Es fundamental mantenernos en el mundo real


Relacionarnos en persona, mantener conversaciones con nuestra familia y amigos. En especial con nuestros hijos adolescentes. Debemos hablar con ellos acerca de esta realidad y comprobar que las redes sociales en ningún caso van a sustituir al mundo que los rodea.


Debemos normalizar el hecho de que no somos perfectos, y no tenemos por qué serlo. Que lo que cotidianamente llamamos defectos no son más que rasgos que nos convierten en únicos y distintos de los demás. Trabajar la auto aceptación, valorarnos y comprendernos tal y como somos.


Y sobre todo no perder de vista que las redes sociales no son más que un entretenimiento, y que el mundo real está fuera de nuestra pantalla.


En Ian de Psique podemos acompañarte Rumbo hacia tu Bienestar

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