Las pruebas PAU.
Si hay algo de lo que muchos hemos estado pendientes en los últimos días, es de los resultados de las Pruebas de Acceso a la Universidad, más conocidas por sus siglas, las pruebas PAU. Cabe destacar, que no solo nos podemos centrar en la gran dificultad que supone gestionar los tres días en los que se concentran dichas pruebas, sino que también hay que tener en cuenta el gran esfuerzo previo en cuanto a encontrar el equilibrio perfecto entre las clases, el estudio, los proyectos paralelos (como el conservatorio o las academias de idiomas), la vida social, familiar y un largo etcétera que las personas que se preparan las PAU deben conciliar.
En la práctica clínica, los psicólogos vemos numerosos casos de personas que padecen mucha sintomatología ansiosa en relación a las preocupaciones y a las anticipaciones negativas y estamos convencidos de que, si has atravesado la experiencia de las pruebas PAU o si lo ha hecho alguien cercano a ti, sabes a lo que hacemos referencia (‘¿Y si no saco la nota que necesito?’). Por ello, hoy venimos a hablaros de la exigencia o autoexigencia. La rae define el acto de exigir como el acto de pedir imperiosamente algo a lo que se tiene derecho. Y es cierto que después de tanto esfuerzo, todos esperamos obtener aquello para lo que tanto hemos trabajado, pero no siempre es así. De esta manera, hoy queremos hablaros de la exigencia tóxica, para que no desprestigiéis todo el esfuerzo que habéis realizado hasta el día de hoy.
Cuando en este post hacemos referencia a la exigencia tóxica, hablamos de una imposición que se hace a uno mismo o a otro sin tener en cuenta todos lo factores que pueden estar influyendo (‘Debería/deberías sacar como mínimo un 12 en las pruebas PAU para tener posibilidad de entrar a la carrera que deseo/as’).
Así, te proponemos analizar si generalmente, al pensar o hablar acerca de ti mismo, tiendes a usar términos como “debería”, “tengo que” y, si es así, acostúmbrate a utilizar un lenguaje más preciso y a usar “preferiría”, “me gustaría” o “quiero”, en vez de los anteriores, ya que imponerte las cosas que ‘debes’ hacer, ejerce mucha presión sobre ti y no tiene en cuenta factores influyentes.
Además, te proponemos que dejes de autoevaluarte globalmente como bueno o malo. Aléjate del blanco o negro. No valores tu esfuerzo en función de que cumplas o no determinados criterios (como poder optar al grado universitario que deseabas). En la vida existe la escala de grises, puede que no hayas alcanzado la meta que te habías propuesto, pero eso no te sitúa en el color negro, solo indica que será necesario un poco más de esfuerzo para avanzar en la escala de grises, si lo deseas.
También te recomendamos que te preguntes si tu autoexigencia (p. ej. “debo sacar X nota”) es realista: ¿Tienes en cuenta tu situación actual y los factores influyentes (si estas cansado/a, pasando una mala época o si en el momento del examen no te encontrabas del todo bien)?
Observa si tus autoexigencias (p. ej. “debo entrar este año a la carrera que quiero”) son poco realistas, y acostúmbrate a cambiarlas por preferencias y a matizarlas, por ejemplo, diciéndote a ti mismo: “Prefiero entrar este año a X grado universitario, pero si no es posible, lo seguiré intentando el año que viene”
Después de todo el esfuerzo que has realizado, entendemos que sientas la necesidad de alcanzar la
a meta que deseas. Sin embargo, en este proceso tan duro, hay muchos otros factores influyentes. Puedes haber superado todas tus expectativas (superando tu
nota media, por ejemplo), pero puede que el resto de personas que optan a la misma plaza que tú, haya sacado mejor nota y, eso, NO QUITA NADA DE VALOR A TUS RESULTADOS.
Desde el centro Ian de Psique, te damos a la enhorabuena por haber tenido el valor de presentarte a las Pruebas de Acceso a la Universidad, así como nuestro reconocimiento por todo el esfuerzo previo que has tenido que hacer. Esperamos que este post te sirva para evitar las exigencias tóxicas que quitan valor a todos nuestros esfuerzos y esperamos que alcances tu meta lo más pronto posible. Hasta entonces, te deseamos un feliz verano con la satisfacción de todo tu esfuerzo, rumbo hacia tu bienestar.
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