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CÓMO ENSEÑAR A TU PEQUE AUTORREGULACIÓN EMOCIONAL


Las rabietas son parte del desarrollo personal de los más pequeños y ¿sabéis de quién más? de los adultos en su rol de padres. A la mayoría de los adultos con hijos pequeños en la actualidad, no nos enseñaron qué era eso del mundo emocional y mucho menos a saber gestionarlo. Así que si en estos momentos te sientes desbordada o desbordado por esas temidas rabietas de tu peque es el momento de reaprender cómo gestionar tú propio mundo de las emociones.


Responde a esta pregunta ¿Cómo acabas respondiendo ante las rabietas de tu pequeño? Supongo que dependerá del día y la situación pero seguro que la mayoría de veces acabas desquiciándote, levantando en exceso la voz o incluso haciendo o diciendo cosas de las que luego te arrepientes. Pues esto es lo mismo que le está ocurriendo a tu niño o niña.


Lo primero que debemos aprender es que su pequeño cerebro en desarrollo aún no está preparado a gestionar emociones tan fuertes y desagradables. La parte de nuestro cerebro que nos ayuda a controlar impulsos y saber comportarnos de la forma adecuada está aún iniciando su maduración y ésta no termina de maduras hasta los 20 años... Así que pedirle a un pequeñín de 3 o 4 años que se regule a la perfección es casi imposible... Lo mejor que podemos hacer a estas edades es cambiar la mirada hacia uno mismo.



¿Cómo gestiono como mamá o papá mis emociones desagradables antes las rabietas de mi hija o hijo? En esta etapa ellos aprenden a través de ti. Parten de una heteroregulación para aprender una autoregulación


Cómo conseguir esto es más sencillo de lo que parece. Cuando sabemos que su cerebro está en pleno desarrollo, que no es porque no quiera sino que en la mayoría de ocasiones no puede autoregularse y asumimos ese papel de enseñanza vemos la situación desde otra perspectiva. Además damos más espacio para el ensayo y error.


Además de eso hay que aprender a no intervenir rápidamente, dale espacio a tu peque para que exprese su enfado o frustración y lo mejor no hablarle en el momento de máximo enfado ya que lo único que vamos a conseguir en más enfado y frustración. Valida emociones y que vaya reconociendo qué es lo que está sintiendo. Y una vez este algo más tranquilo habla con él o ella de los sucedido y crea alternativas de respuesta para la próxima vez.

Decirle que no se enfade, gritarle y acabar enfadándote no es la solución ni crea esas alternativas de respuesta que quieres que vaya generando.

Ya lo ves, está etapa de tu peque te puede ayudar a reaprender cómo gestionar como adulto tu mundo más interno y desconocido. Tu mundo emocional.


Aprender a gestionarlo solo te ayudará a caminar Rumbo hacia vuestro Bienestar como familia.


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