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Ha habido un incremento en las tasas de ansiedad y depresión. Y es que, con la pandemia no sólo nuestra salud física se ve amenazada, sino nuestra salud mental.
Desde el pasado marzo nos hemos enfrentado a muchos cambios. Aprender a convivir con la incertidumbre, la distancia y el aislamiento social, un cambio de normas y recomendaciones constantes, las prohibiciones y la pérdida de la libertad, la preocupación por los seres queridos, miedo al contagio, convivir diariamente con la muerte, las dificultades económicas…
La vida, tal y como la conocíamos ha cambiado, ya no es lo que era. Se ha vuelto extraña, se ha teñido de gris y todo esto favorece el estrés psicológico.
A estas alturas, todos somos conscientes de que la prioridad es tratar de controlar la pandemia, este hecho no quita que la situación empieza a pesar. Estamos cansados.
Covid. Una gran lección de vida. Aprender a valorar lo realmente importante.