Dónde aprendemos a querernos y cuáles son las consecuencias y beneficios de nuestro amor propio.
El amor propio es la relación que cada uno tiene consigo mism@, que implica tanto conocerse como aceptarse, sin embargo, no significa tener la idea de ser perfecto, sino de reconocer nuestras imperfecciones sin dejar de valorarnos.
Pese a que este concepto va muy unido a la autoestima, son términos distintos que es necesario clarificar. Por un lado, la autoestima se alimenta del valor que le damos a todas las dimensiones de nuestra vida (laboral, académica, social... etc.), mientras que el amor propio significa ir un poco más allá, es la aceptación incondicional de nuestro ser.
Cuando nos preguntamos por el origen de nuestro amor propio, nos remontamos a la infancia y a la adolescencia, ya que la forma de relacionarnos con los demás y con nosotros mismos no es innata, sino que se adquiere y nos tenemos que remontar a la etapa de la infancia y a la adolescencia, donde aprendemos a querer y a querernos de nuestros propios referentes.
Si hemos crecido en un entorno familiar donde el amor propio ha sido escaso, así como si hemos crecido sintiendo que no éramos importantes para aquellas personas que para nosotros si que lo eran, es fácil que como consecuencia no tengamos un nivel sano de amor propio.
¿Qué consecuencias tiene no poseer amor propio?
Cuando alguien no se quiere y no se valora, acaba fomentando hábitos que con el tiempo se vuelve complicado deshacer como:
- Rechazo hacia uno mismo: dependiendo del nivel de amor propio que tengamos, cuando este es muy deficiente, llegamos a ver nuestro cuerpo y nuestra personalidad de forma completamente negativa, teniendo como consecuencia pensamientos y conductas que nos dañan.
- Elevada autoexigencia: con ausencia de amor propio nos sentimos solos, inseguros, culpables... etc., desde este estado de vulnerabilidad sin darnos cuenta acabamos exponiéndonos a un mayor número de consecuencias porque la persona no siente el derecho a ser valorada.
- Diálogo crítico interno: desde esta posición nuestra forma de hablarnos carece de respeto, tendemos a criticarnos más (tanto a nivel físico como a infravalorar nuestras virtudes y/o capacidades).
- Creer todo lo que dicen de ti: comienzas a valorar o a medir tu valía como persona en función de las opiniones ajenas, sin llegar a pararte a cuestionarlas.
- Invalidación emocional: aprendes a infravalorar tus emociones y tus sentimientos, así como a priorizar siempre al resto y sus necesidades.
Por otro lado, fomentar el diálogo interno positivo, aprender a aceptarnos y a querernos hasta llegar a tener un nivel sano de amor propio, tiene una serie de consecuencias positivas como:
- Poseer una mayor autoestima.
- Mejor relación con nuestro cuerpo y desde este enfoque, con la alimentación.
- Mayor bienestar y mayor estabilidad a nivel emocional.
- Perder el miedo a expresar lo que sentimos y a conectar con aquellas emociones que pueden doler.
- Gestión emocional de las opiniones/críticas ajenas desde una posición en la que podemos ser capaces de pasar el filtro a aquella información que nos llega, en lugar de considerarla cierta sin pararnos a pensar.
- Aprender a ver posibles imperfecciones como algo que puede ser una habilidad.
- Y, sobre todo, la reducción de esa parte crítica que actúa como voz interna amenazándonos si fracasamos.
‘’ Si no posees amor propio, nunca serás suficiente para ti’’.
Teniendo en cuenta algunos de los beneficios de empezar a fomentar el amor propio, estas son algunas de las distintas estrategias para empezar a trabajarlo:
1. Permite que te cuiden: implica poder pedir ayuda cuando lo necesitamos y sobre todo y más importante, dejarse ayudar. Ser conscientes de que nos están ayudando permite darse cuenta de que uno mismo es importante, por lo que es beneficioso.
2. Reorganiza tus prioridades: es fundamental que interiorices que tu bienestar es primordial, sin el no podemos hacer prácticamente nada. El siguiente paso consiste en analizar nuestro entorno, hazte la pregunta: ‘’¿Qué personas o situaciones hoy en día siento que perjudican a mi amor propio?’’, sería positivo que en base a esto valores realizar un cambio y poder alejarte o poner un limite si es que lo necesitas.
3. Conócete: a menudo gran parte del diálogo interno viene por nuestro físico, permite aceptar que quizás hay partes de tu cuerpo que no te gustan y otras que sí, se trata de desfocalizar nuestra atención de aquellas partes de nuestro cuerpo que no nos gustan y hacer balance general. Pon el foco de atención en cómo te hablas, presta atención a qué palabras empleas para dirigirte hacia ti.
4. Realiza autocuidados: pequeños momentos al día para ti que te hagan sentir bien y estén relacionados con el cuerpo como: una ducha caliente después de trabajar, una mascarilla con un olor agradable... etc.
Y recuerda, estos son algunas de las consecuencias de no tener amor propio así como estrategias para poder fomentarlo, pero si a día de hoy sientes que necesitas ayuda para aceptarte, quererte y respetarte, siempre puedes consultar con un profesional que te ayude en el camino hacia tu bienestar.
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