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Foto del escritorIan de Psique Centro de Psicología

AMAXOFOBIA: MIEDO A CONDUCIR


¿Te sientes nervioso cuando piensas en conducir?, ¿Se te acelera el corazón si sabes que tienes que conducir?, ¿Evitarías conducir si pudieras?, ¿Piensas frecuentemente que puedes causar un accidente?, ¿Crees que los demás se darán cuenta de que eres poco hábil para conducir?, ¿Cuándo conduces condicionas tu recorrido para evitar situaciones temidas?, ¿Crees que no serás capaz de conducir tranquilo y seguro?, ¿Te da miedo no saber reaccionar al volante?, ¿Te sientes inseguro si conduces solo? …


Si la mayoría de tus respuestas han sido afirmativas podrías estar experimentando amaxofobia.


Se trata de una fobia específica. Un miedo intenso y persistente que es excesivo o irracional y es desencadenado por la presencia o anticipación de objetos o situaciones específicas. En este caso conducir un coche.


Como consecuencia de la exposición al estímulo fóbico, se produce una respuesta inmediata de ansiedad que puede llegar incluso a experimentar un ataque de pánico. Las situaciones fóbicas son evitadas o se soportan con ansiedad o malestar intenso.


Las personas con fobia a conducir pueden informar de miedo a tener un accidente, quedar heridos, quedar atrapados en un atasco, atropellar a alguien, ser objeto de enfado o crítica de otros conductores, tener un ataque de pánico o un infarto o desmayarse.


La ansiedad es una conducta aprendida. Puedes llegar a pensar que aprendiste a tener miedo de manera automática, cuando en realidad se trata de algo más complejo.


  1. Interpretas una situación de manera negativa.

  2. Aparecen pensamientos limitantes e irracionales

  3. Se activa la emoción: el miedo.

  4. Se genera una conducta, normalmente de evitación.


Si aprendes a detectar esos pensamientos y a gestionar el miedo, en consecuencia modificarás tu conducta. ¿Qué te parece la idea?


Esto es algo muy positivo dado que al igual que la aprendemos podemos desaprenderla. Se adquiere a través de refuerzo negativo. Con refuerzo negativo nos referimos a cualquier conducta que al llevarla a cabo reduzca nuestro malestar, es decir el malestar que sentíamos, la ansiedad deja de estar como consecuencia de esta conducta. se conocen como conductas de seguridad. Se trata de estrategias emitidas para reducir la ansiedad y el malestar psicológico. Dentro de estas conductas de seguridad tenemos que diferenciar entre conductas de escape y conductas de evitación.


La ansiedad está compuesta por distintos componentes y para atajar el problema tendremos que atender a todos ellos. Los tres niveles de conducta están interrelacionados, así, cuando una persona experimenta ansiedad se dan tres componentes distintos en su respuesta:


  • Un componente fisiológico, es decir, todas esas sensaciones físicas tan molestas (taquicardia, sudoración, temblores, dificultades con la respiración, sequedad de boca, etc.).

  • Un componente cognitivo, es decir, los pensamientos negativos que tenemos en una situación o antes de ésta (“no voy a estar a la altura”, “me va a salir mal”, “seguro que se dan cuenta de que estoy nervioso”, etc.).

  • Un componente motor, es decir, todas aquellas conductas que realizamos para, o bien evitar la situación o bien “escapar” una vez estamos en ella haciendo algo que nos proporcione cierto alivio.


Los motivos por los que este miedo aparece pueden ser distintos. Tras sufrir o presenciar un accidente de tráfico, conductores que han tenido un cierto miedo a conducir desde el principio y que nunca llegaron a superar con la creencia de no haber recibido suficiente formación y no verse capaces de desenvolverse de forma efectiva al volante, como consecuencia de un trastorno de ansiedad o como efecto de una situación de estrés que se manifiesta al volante tras un periodo de conducción libre de miedos.


¿Cómo nos enfrentamos al miedo a conducir?



En consulta aprenderemos a:


  1. Detectar los pensamientos limitantes y transformarlos.

  2. Disminuir la intensidad de los síntomas.

  3. Gestionar el miedo.

  4. Realizar acciones en forma de pequeñas rutinas. Aunque sea un poco por obligación, pautaremos pequeñas acciones relacionadas con la conducción.

  5. Creer que lo vas a conseguir. La actitud es muy importante. Habrán días en los que estés muy motivada, otros que no tanto. Si recuerdas que puedes conseguirlo, tu atención se centrará en encontrar las soluciones.


Ahora que sabes que puedes conseguirlo, ¿recorremos junt@s el camino hacia el bienestar?

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