Vivimos en una sociedad en constante movimiento, llena de cambios. En muchas ocasiones, las personas experimentamos malestar por dificultad para adaptarnos a ellos. Saber cómo adaptarse y encajarlos en nuestra vida es fundamental.
A veces nos enfrentamos a nuevas situaciones o simplemente la vida nos propone nuevos escenarios a los que no estábamos acostumbrados y a los que tendremos que saber cómo hacer frente para así, poder ser felices. Un nuevo proyecto, un cambio de trabajo, empezar una relación, una pérdida inesperada… acontecimientos de distinta índole.
Nos encontramos con cambios buenos, neutros y otros malos. Nuestras emociones serán distintas en cada caso.
Lo cierto es que independientemente del tipo de cambio, éste siempre incluye una pérdida. Aquí recae la gran dificultad. Tratamos de resistirnos a ese dolor.
Pongamos ahora nuestro foco de atención en el ejemplo de un cambio producido por el comienzo de una relación. Aparentemente no se observa ningún aspecto negativo. No obstante si lo analizamos con un poco más de profundidad, vemos cómo esta situación, empezar a conocer a alguien, significa cederle un espacio de tu tiempo personal, y ya no sólo de tu tiempo, si no de tu intimidad. En este caso, podemos experimentar la posible pérdida de la tranquilidad emocional que se tenía cuando no se tenía pareja. Además, se pueden activar mecanismos de miedo. Miedo a vivir situaciones semejantes a las ya vividas, miedo a sufrir, a defraudarse… y en definitiva miedo a enamorarse.
Generalmente el cambio produce sensaciones contradictorias. Por una parte la novedad nos atrae, nos gusta y nos ilusiona pero a la vez nos genera inseguridad y miedo. Y es aquí donde tenemos que aprender a lidiar con nuestras emociones para poder enfrentarnos adaptativamente a la nueva situación y así, poder aprovechar la oportunidad que la vida nos está brindando. Este punto será clave para ser capaces de reconocer que se trata de una oportunidad y lidiar con las emociones negativas de forma efectiva.
A continuación detallamos las claves para enfrentarnos a un cambio de forma adaptativa:
Acepta que el cambio forma parte de nuestra vida. Todo cambia constantemente, nada permanece.
Modifica la interpretación que tienes sobre el cambio.
Reconoce a qué tienes miedo exactamente.
Asume tu miedo. Reconocer que lo tienes no te va a hacer más vulnerable.
Analiza la situación.
Conoce distintos puntos de vista.
Ante los cambios que se pueden conocer con antelación, sé previsora y adelántate a ellos.
Trata de recordar situaciones pasadas.
Como ves, la clave reside en aceptar que el cambio forma parte de nuestra vida, por tanto no tenemos que resistirnos a él, si no prepararnos, anticipar posibles necesidades y ver qué está en nuestras manos, qué acciones podemos llevar a cabo para facilitar nuestra adaptación.
Te ayudamos a construir tu propia caja de herramientas emocionales. Trata de llevar a la práctica los tips que hemos señalado. Seguro que lo consigues.