¿Puede un logopeda trabajar con personas que padezcan Alzheimer?

Prácticamente todos, asociamos el Alzheimer con una pérdida progresiva de la memoria, pero esta enfermedad es un tipo de demencia causado por la muerte neuronal de un tipo de células cerebrales, y, por tanto, aunque es la memoria sigue siendo la que mayor daño sufre, afecta a todas las funciones que el cerebro desempeña en mayor o menor medida, siendo el lenguaje otro de los más afectados.
El lenguaje degenera al mismo tiempo que evoluciona la enfermedad. Los síntomas van apareciendo de forma progresiva, y la gravedad también varía pasando en un principio de ser leve, a moderado en estadios superior, y, por último, a dificultades severas.
Es por esto que la figura del logopeda adquiere un papel fundamental en la estimulación de los pacientes con Alzheimer y otros tipos de demencia.
¿Cuáles son las dificultades del lenguaje más comunes que presentan?
Dificultades para seguir una conversación, sobre todo si hay más de un interlocutor. Pueden abandonar una conversación a medias sin darse ni cuenta.
Dificultad para nombrar objetos cotidianos.
Utilización de frases más cortas y simples, pierden la complejidad sintáctica.
Vocabulario más pobre. Utilizará un repertorio de palabras más restringido.
Se pierde fluencia del habla. Cada vez se vuelve más lenta y costosa.
Incoherencia en el lenguaje espontáneo.
Dificultades de comprensión.
El lenguaje tiende a ser estereotipado, es decir, la persona repite constantemente las mismas palabras o expresiones cada vez que intenta hablar.
¿Podemos evitar esto?
Es verdad que en estos casos no podemos realizar una intervención curativa o rehabilitación, sino que consiste en un tratamiento paliativo. Lo que vamos a hacer es ralentizar todo este proceso degenerativo, intentando mantener “en forma” las capacidades del paciente, manteniendo el máximo tiempo posible una buena calidad de vida.
¿Qué podemos hacer desde casa? Pautas que nos pueden servir:
Cuidar el entorno. Cuando vayamos a comunicarnos con ellos intentar que sea en un lugar tranquilo y sin ruidos, evitando la distracción.
Hable despacio y claro. Utilice frases sencillas y cortas, aunque es importante no infantilizar nuestro lenguaje, no hay que hablarle como a un niño pequeño.
Preste atención a las expresiones y reacciones. La expresión no verbal, es una buena fuente de comunicación cuando la verbal se encuentra afectada.
Repítale la información importante. El mensaje debe repetirse en las mismas palabras.
No hable por él, déjele su tiempo para contestar.
Si está interesado en este servicio o necesita pautas más específicas, póngase en contacto con el centro. Más información en www.iandepsiquealzira.com