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HIPOCONDRIA: ANSIEDAD POR ENFERMEDAD


Últimamente, Andrea lo está pasando muy mal. No puede controlar sus nervios porque cree que tiene cáncer. Constantemente está buscando por internet cosas relacionadas con su enfermedad, se pesa constantemente para ver si ha perdido algo de peso, se mira constantemente en el espejo, se ha hecho todo tipo de pruebas diagnósticas que han salido bien y acude todas las semanas al médico aunque éste le diga que está estupendamente.


Cuando el médico le dice que está estupendamente se siente aliviada unos días, pero a la semana siguiente de nuevo vuelve a creer que tiene cáncer y que quizá su médico se ha equivocado con los resultados de sus pruebas.


Lola también lo está pasando mal últimamente porque se marea con facilidad, y éste le dura varios días. Como con su primer médico no consiguió sacar nada claro se cambió de médico y así hasta cuatro veces. También se ha hecho todo tipo de pruebas y en ninguna le sale nada fuera de lo normal. Cree que no hacen lo suficiente por averiguar cuál es su enfermedad y está convencida de que debe tener un tumor en la cabeza.


Si te sientes identificado con éstos síntomas y sensaciones quizás estés pasando por lo mismo que Andrea y Lola: probablemente sufras un Trastorno de ansiedad por enfermedad (Hipocondría).


Quien lo sufre cree que tiene una enfermedad grave que lo acabará matando en cuestión de meses o años. Sin embargo, el grado de creencia puede variar en un mismo día, así como los temores principales en algunas personas pueden mantenerse estables, en otras pueden variar a lo largo del tiempo (primero cree que tiene cáncer de mama y después un tumor cerebral).


Además, suelen aparecer pensamientos supersticiosos. A parte de esto, se ven a sí mismos pasando por el terrible proceso de la enfermedad y ven a sus familiares y seres queridos sufriendo, incluso llegando a tener preocupaciones por el futuro de sus hijos, en el caso de tenerlos.


Cuando están convencidos de tener una grave enfermedad notan un montón de sensaciones físicas que para ellos pueden resultar inquietantes si no saben cómo interpretarlas correctamente: tensión muscular, boca seca, dolor de cabeza, etc. Estas sensaciones son directamente proporcionales a creer que tienen una enfermedad grave. Es decir: Cuando más convencidos están de padecer una grave enfermedad, más sensaciones inquietantes notarán. Al notar este tipo de sensaciones y no saber cómo interpretarlas, las personas intentan buscar soluciones. Las soluciones a las que suelen recurrir son:


  1. Consultar a médicos o personas de confianza, buscar por internet o leer libros sobre la enfermedad; todo esto alivia el malestar momentáneamente, convirtiéndose así en conductas de reaseguración.

  2. La autovigilancia del propio cuerpo y la consiguiente comprobación de los síntomas que se temen (tomarse el pulso, pesarse diariamente, hacer pruebas de equilibrio…)

  3. Distracción

  4. Racionalización: Consiste en conseguir tranquilidad autoargumentando que los temores y su contenido son falsos.

  5. Evitación: Evitar oír hablar de enfermedades o no asistir nunca a consultas médicas.


Si crees que estás pasando por esto no dudes en buscar ayuda profesional, podemos ayudarte!

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