Si tienes la sensación de estar sin poder vivir de algo, una necesidad extrema, que tu vida gira a su alrededor, estar enganchado a eso, pensamientos como lo necesito como el respirar, para aliviar lo mal que me siento… ¿Te imaginas? Esto es adicción.
La adicción es un enganche a una sustancia o actividad en la que la persona no quiere o no puede desprenderse. Aparece lo que llamamos tolerancia (cada vez necesito más para obtener lo mismo) y síndrome de abstinencia cuando no lo tomo o no hago la actividad.
Ser adicto implica una pérdida de libertad.
La palabra adicción significa “ser esclavo de”. Todos aquellos que están enganchados hablan de esta esclavitud. Aparece un impulso que no se puede controlar, aparece el comportamiento adictivo
Generalmente un comportamiento se convierte en adictivo, no tanto por la frecuencia o cantidad que lo hace, sino por cómo se ve afectado su día a día.
Una conducta adictiva se caracteriza por lo siguiente:
Se prioriza en su vida: una persona adicta no puede dejar de pensar en ello, se sienten ansiosos en caso de no poder realizar la acción. Empieza por la búsqueda del placer (refuerzo positivo), pero poco a poco se va convirtiendo en la búsqueda del alivio del malestar sino se realiza (refuerzo negativo)
A pesar de las consecuencias negativas siguen haciéndolo: La conducta va generando consecuencias en todos los ámbitos. Pero a pesar de ello, el adicto sigue perdiendo el control en el consumo o conducta
Pérdida de control: la adicción controla la conducta y el organismo de la persona: la persona adicta siente que no puede controlar el craving (deseo de consumir). Si no lo hace, aparecen una serie de mecanismos fisiológicos y psicológicos que comportan cierto estado ansioso. Esto hace que aumente el impulso por volver a repetir el comportamiento adictivo
Las actividades que le hacían sentir bien ya no les producen la misma satisfacción y lo van intercambiando por el consumo
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