El gran reto de las personas mayores
La soledad no deseada es una experiencia emocional que se caracteriza por un sentimiento de aislamiento y desconexión de los demás. A menudo, las personas que experimentan soledad no deseada sienten que no tienen a nadie con quien compartir sus pensamientos, sentimientos y experiencias, lo que puede llevar a una serie de efectos negativos en su bienestar emocional y físico.
SOLEDAD NO DESEADA Y AISLAMIENTO SOCIAL
Es importante diferenciar la soledad no deseada del aislamiento social, ya que no son exactamente lo mismo y tienen implicaciones y consecuencias diferentes.
El aislamiento social es la falta sustancial de contactos sociales y puede medirse de manera objetiva. La soledad no deseada es más un sentimiento subjetivo de no tener la cantidad o calidad deseada de relaciones sociales.
SOLEDAD NO DESEADA Y SOLEDAD ELEGIDA
También hay que distinguir entre soledad no deseada y soledad elegida. La soledad elegida no supone un problema, pero la soledad no deseada sí que tiene consecuencias negativas para la persona que la sufre. También existen personas que viven acompañadas y, sin embargo, se sienten solas, a menudo con un sentimiento de exclusión y de falta de conexión con lo que les rodea (sociedad, entorno, familia, lugar en el que viven…).
Por lo tanto, se habla de soledad como sentimiento, expresado en términos como “me siento sola, me siento solo”. Ese sentimiento de soledad es negativo para la salud física y emocional de la persona y es susceptible de afectar a personas de todas las edades, especialmente a personas de edad avanzada.
El sentimiento de soledad tiene mucho que ver con la valoración que las personas hacen de las relaciones que tienen y con el grado de satisfacción que les generan. Puede agudizarse cuando una persona conserva algunas relaciones, pero ha perdido las más significativas e importantes de su vida.
CAUSAS DE LA SOLEDAD NO DESEADA
El problema de la soledad no deseada tiene un origen multicausal y no podemos identificar una sola causa o factor explicativo, ya que es un fenómeno complejo que depende de muchas variables. Algunas de las principales son las siguientes:
-Pérdida de seres queridos: la muerte o la separación de alguien cercano puede provocar un profundo sentido de soledad.
-Mudanzas: cambiar de lugar de residencia puede dificultar el establecimiento de nuevas relaciones.
- Problemas en las relaciones sociales: dificultades para conectar con otras personas debido a timidez, ansiedad social, depresión o diferencias en los intereses.
-Cambios vitales: transiciones como entrar en la adultez, enfermedades, jubilación o convertirse en padres pueden hacer que las personas se sientan solas. En este sentido, las personas mayores tienen una gran vulnerabilidad, ya que es en esta etapa del ciclo vital cuando más cambios se producen.
EL IMPACTO DE LA SOLEDAD NO DESEADA EN LA SALUD DE LAS PERSONAS
La soledad no deseada tiene consecuencias negativas a nivel físico, psicológico y social, entre las cuales destacan las siguientes:
-Problemas emocionales: la soledad no deseada se asocia con síntomas de depresión, ansiedad, baja autoestima y estrés.
-Salud mental general: diferentes estudios muestran que las personas que experimentan sentimientos persistentes de soledad tienen un mayor riesgo de problemas mentales graves.
-Aumento del riesgo de suicidio: en casos extremos, la soledad puede contribuir a pensamientos sobre la muerte, ideación suicida e intentos de suicidio.
La investigación indica que sentirte sólo puede afectar negativamente el sistema inmunológico y aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas y otros problemas físicos. Los niveles elevados de cortisol, relacionados con la ansiedad y el estrés también pueden impactar negativamente en diversas
funciones corporales.
CÓMO SUPERAR LA SOLEDAD NO DESEADA
1) Conectar con otros: buscar oportunidades para socializar, ya sea a través de grupos comunitarios, actividades recreativas o clases donde puedas conocer gente nueva.
2) Identificar y comunicar tus emociones: compartir tus emociones con amigos o familiares puede proporcionar apoyo y comprensión.
3) Actividades reforzantes: involúcrate en hobbies o intereses que te apasionen. Esto no solo te mantendrá ocupado, sino que también puede ayudarte a conocer a personas con intereses similares.
4) Voluntariado: ayudar a otros puede ser una excelente manera de conectar socialmente y focalizar la atención en actividades que estén relacionadas con tus valores.
5) Ejercicio físico: la actividad física regular mejora el estado de ánimo, ayuda a gestionar el estrés y promueve el contacto social.
6) Buscar ayuda profesional: si la soledad persiste y afecta tu calidad de vida, considera hablar con un psicólogo o psicóloga.
Es fundamental comprender cómo las experiencias psicológicas relacionadas con la soledad no deseada afectan a los individuos para implementar estrategias efectivas que promuevan su bienestar emocional y social.
Si crees que te podemos ayudar, ponte en contacto con nosotros, evaluaremos tu caso y estableceremos un programa de tratamiento para reducir tu sentimiento de soledad no deseada.
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