Muchos de nosotros nos hemos preocupado más por nuestra salud en algunos momentos de nuestras vidas. Son muchas las situaciones que nos pueden llevar a estar más alerta como, por ejemplo; la muerte de un ser querido, la enfermedad de alguna persona cercana, que nos diagnostiquen alguna enfermedad o vivir una pandemia mundial, entre otros. Si algo de esto sucede es normal prestar más atención a nuestro cuerpo y replantearnos nuestro estilo de vida para evitar que nos ocurra lo que tememos impulsándonos a cambiar y mejorar nuestros hábitos diarios.
Sin embargo, también puede ocurrir que la persona empiece a hiper vigilar su cuerpo y todas las sensaciones que éste produce desencadenando en una
preocupación constante y obsesiva por su propia salud creyendo que sufre una terrible enfermedad física grave o mortal a partir de una interpretación personal de alguna sensación corporal.
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