En consulta vemos diferentes personas, con distinto bagaje y con distintos patrones de conducta. Estos patrones pueden ser adaptativos o en cambio patrones que nos llevan a tener actitudes negativas y en definitiva no disfrutar de la vida.
Los patrones de conducta determinan cómo pensamos, sentimos, actuamos y nos relacionamos. Cuando estas habilidades conceptuales, sociales y prácticas que hemos ido aprendiendo a lo largo de nuestro desarrollo, dificultan nuestro funcionamiento sin dejarnos responder a las circunstancias cambiantes de la vida y a las exigencias del contexto, experimentamos sentimientos muy intensos tales como enfado, ira, tristeza, ansiedad…
Incluso cuando objetivamente parece que lo tenemos todo para ser felices; una casa, una pareja ideal, estabilidad económica, éxito profesional, amistades, una familia que nos quiere… a menudo somos incapaces de valorarlo y de vivir la vida con la premisa de disfrutar del momento y valorar todo lo que tenemos. En lugar de percibir que somos afortunados, nuestro “modus vivendi” no nos deja ver más allá de nuestras quejas.
Cuando nos encontramos en esta situación, tenemos que detenernos y plantearnos ciertas cuestiones. ¿Qué está fallando?, ¿Por qué no soy feliz?, ¿Tengo motivos?, ¿Necesito un cambio en mi vida?, ¿Me ayudan mis patrones de comportamiento a ser feliz?
Es momento para trabajar el autoconocimiento, sólo así podremos orientarnos hacia lo que nos satisface. ¿Qué herramientas usamos para conocernos mejor? A continuación te propongo tres ejercicios.
¿Quién soy? En este ejercicio te tienes que detener a analizar quien eres actualmente, y lo más importante, quien quieres llegar a ser. ¿Has pensado en cuál sería tu plan de acción para conseguirlo? Este ejercicio lo podemos completar preguntando a personas de tu confianza, para saber qué percepción tienen de ti.
La línea de la vida. Consiste en realizar una línea horizontal en la que colocar los momentos más importantes de tu propia biografía. Nos ayuda a tomar consciencia de los eventos vitales que consideras realmente importantes en tu vida. A continuación tienes que centrarte en la parte de tu futuro señalando así tus objetivos más cercanos. Finalmente, reflexiona sobre lo vivido y sobre cómo te planteas conseguir tus objetivos futuros.
Hacer un registro de situaciones que nos provocan malestar. Conocer cómo nos sentimos ante determinadas situaciones puede aportarnos muchos detalles sobre nosotros mismos y las personas de nuestro alrededor.
Si llegamos a la conclusión de que lo tenemos todo, pero aun así somos incapaces de disfrutar, debes saber que la superación de esta manera de funcionar, implica un enfrentamiento constante contigo mismo.
Tras descubrir que nuestra manera de ver y enfrentarnos al mundo nos dificulta el bienestar y el de las personas de nuestro alrededor, tenemos que centrarnos en contrarrestar y modificar el modo de entender la vida. Nuestra forma de sentir, pensar, actuar y relacionarnos.
Como ves, se trata de un proceso de modificación de pensamientos y reaprendizaje de patrones de comportamiento; adquirir otro modo de enfrentarnos a la vida.
En consulta podemos ayudarte. ¿Recorremos juntos el camino hacia el bienestar?