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Foto del escritorIan de Psique Centro de Psicología

DISFEMIA (TARTAMUDEZ)



La disfemia se define como el trastorno del habla caracterizado por la frecuente repetición o prolongación de los sonidos, sílabas o palabras, o por frecuentes dudas o pausas que interrumpen el flujo rítmico del habla. Algunos autores consideran que disfemia y tartamudez son lo mismo, mientras que otros establecen que son diferentes.



¿Cuándo aparece?


La disfemia suele aparecer en la infancia, habitualmente entre 2-4 años, coincidiendo con el lenguaje conectado, es decir, cuando el niño comienza a combinar varias palabras formando frases.


En algunos casos, estos problemas aparecen durante los años de adquisición y desarrollo del lenguaje y luego desaparece. Una vez trascurridos 10 años desde el primer episodio, si la persona sigue presentando estas dificultades ya podrá considerarse que padece disfemia o tartamudez.

¿Qué tipos podemos encontrar?

  • Tónica: caracterizada por múltiples interrupciones ocasionadas por espasmos. Muestra rigidez y tensión facial.

  • Clónica: caracterizada por las repeticiones de silabas y palabras enteras.

  • Tónico-clónica o mixta: combina síntomas de las dos, y es la más frecuente. Es difícil encontrar a alguien que tenga solamente uno de los dos síntomas nombrados anteriormente.

Consejos para la familia:

  • No observar continuamente la forma de hablar.

  • No hacerle repetir lo que ha dicho, ni tampoco decirle que cambie su forma de hablar.

  • Corregir solo en casos muy específicos y siempre de forma positiva.

  • No ayudarlo a que complete la palabra que quiere decir. Es decir, si hay un bloqueo o se están produciendo repeticiones para decir una palabra, darle tiempo, no decirle la palabra buscada.

  • Hablarle de forma pausada puede ayudarle a hablar de la misma forma. De forma indirecta podemos servirle de ejemplo y patrón de habla.

  • Proporcionar un clima relajado de comunicación.

  • Evitar decirle “habla más despacio” o “no te pongas nervioso” porque hará que todavía se ponga más.

Por otra parte, sabemos que el colegio, es uno de los lugares donde los niños disfémicos peor lo pasan, ya que es donde tienen que exponer de una forma u otra, sus dificultades de habla delante de sus iguales. Este hecho todavía puede crearles un clima de mayor nerviosismo, lo que provoca mayores dificultades en el ritmo habla. Es decir, se crea un círculo vicioso: dificultades de ritmo - estado de nervios - más dificultades - mayor nerviosismo…


Para intentar disminuir estas sensaciones en los niños dentro del aula, aquí dejo unos consejos para profesores:

  • Evitar hacerle muchas preguntas en voz alta, aunque esto no signifique que no tenga que hacerlo nunca. Hay que estimular la participación en las dinámicas grupales.

  • No realizar correcciones.

  • No tratarle de forma diferente, hay un problema de habla, pero no hay ningún tipo de afectación intelectual.

  • Saber escuchar sin darles prisa.

  • Prestar atención a lo que dice (contenido) y no a como lo dice (forma). Esto le ayudará a sentirse más relajado

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