AFRONTANDO LA PÉRDIDA
- María Rubio
- 15 abr
- 3 Min. de lectura
Cómo explicar la muerte a niños y niñas.

La muerte es un proceso natural e inevitable que experimentan antes o después todos y cada uno de los seres vivos de este planeta. Sin embargo, explicar esta realidad a los más pequeños tal vez sea uno de los desafíos más complejos para los padres, madres o cuidadores principales.
Abordar este tema con honestidad y sensibilidad es crucial para ayudar a los niños a procesar el duelo de manera saludable.
Una de las cosas más importantes a tener en cuenta, es que los niños y las niñas no comprenden la muerte de la misma manera que lo pueden hacer las personas adultas. Este entendimiento va a variar según su edad y nivel de desarrollo cognitivo, por ello
es crucial adaptarse a cada caso:
- Para los niños en edad preescolar, la muerte se tiende a ver como algo transitorio y reversible. Por esto, es necesario dar explicaciones simples y concretas que se enfoquen en la medida de lo posible en aspectos tangibles que les ayuden a procesar y entender la información. Ejemplo:;"Cuando alguien muere, su cuerpo se detiene, como cuando un juguete se rompe y ya no puedes jugar".
- Los niños y niñas en edad escolar empiezan a comprender la permanencia de la muerte, es decir, que cuando alguien muere es para siempre. Sin embargo, todavía presentan dificultades en entender su universalidad (es algo que afecta a todos los seres vivos). En esta etapa, los niños pueden experimentar una mayor ansiedad sobre el tema, al ser más conscientes de que la muerte es algo que también puede afectar a sus seres queridos e, incluso, a ellos mismos. Para disminuir esta ansiedad, es recomendable dar respuestas claras y honestas a sus preguntas.
- Durante la adolescencia, la comprensión de la muerte ya es completa. No obstante, pueden surgir preguntas de tipo más existencial. Este resulta un buen momento para ofrecer espacios y tiempos de reflexión acerca del significado de la vida y la muerte.
Algunos consejos prácticos
1. Honestidad y claridad: Evita utilizar eufemismos como por ejemplo “se ha dormido” o “se ha ido de viaje”. Aunque el shock o malestar inicial sea menor, estas expresiones pueden generar un elevado grado de confusión y miedo posterior. Incluye la palabra muerte o morir en la explicación para que el niño o niña comprenda la realidad de la situación.
2. Permitir la expresión emocional: Valida sus emociones, haciéndoles saber que es normal sentirse triste, confundido e incluso enfadado. Anímalos a expresar sus sentimientos de la forma en la que se sientan más cómodos ya sea a través del llanto, el dibujo, la escritura, la música o las conversaciones. Tampoco tengas miedo de mostrar tus propios sentimientos y emociones. Recuerda, los adultos son referencia así que, si nosotros naturalizamos la expresión emocional, los más pequeños también lo harán.
3. Responder a sus preguntas: No existen preguntas “tontas”. Responde a sus inquietudes con paciencia y sinceridad, adaptando el lenguaje a su nivel de comprensión. Si no sabes la respuesta, no tengas miedo de decir "no lo sé".
4. Utilizar recursos de apoyo: Hoy en día existen multitud de recursos como libros, cuentos, canciones e incluso películas infantiles que pueden ayudar a explicar la muerte de una manera más suave y comprensible. A modo de recomendación, en el caso de una película, “Coco” es visual y narrativamente maravillosa. En cuanto a libros, “El árbol de los recuerdos” de Britta Teckentrup puede resultar una muy buena opción.
5. Mantener las rutinas: La rutina es un salvavidas en medio del malestar ya que proporciona a los niños y las niñas sensación de estabilidad y seguridad en momentos de incertidumbre. Además, les permiten mantenerse cerca de otras fuentes de apoyo y refuerzo social como puedan ser los compañeros o compañeras de la escuela o de las actividades extraescolares que realicen.
Señales de alerta
El duelo es un proceso complejo que requiere de más o menos tiempo para transitar dependiendo de una multitud de factores y circunstancias. No obstante, es importante que como adultos estemos atentos a las señales que nos indican que un niño o niña está presentando mayores dificultades como pueden ser:
- Cambios drásticos en el comportamiento.
- Dificultad para dormir o comer.
-Ansiedad persistente y preocupación excesiva por la muerte.
- Regresión a comportamientos anteriores.
-Sentimientos intensos y prolongados de tristeza o culpa.
Acompañar a los niños en el duelo requiere paciencia, empatía y honestidad. Al ofrecer un espacio seguro para la expresión emocional y responder a sus preguntas con claridad, podemos ayudarles a procesar la pérdida y a encontrar la esperanza en medio del dolor.
Sin embargo, si en algún momento percibes que el niño o la niña tiene síntomas de estar experimentando un duelo especialmente complicado, considera la opción de buscar ayuda de un profesional de la psicología para poner rumbo hacia su bienestar.
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