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ATRACONES DE COMIDA



¿Tengo un trastorno alimentario?









Cuando hablamos de atracón nos referimos a la ingesta de una gran cantidad de comida en un periodo de tiempo corto. Esta cantidad puede variar de una persona a otra, pero para hacernos una idea, sería aproximadamente, la cantidad de comida que ingeriríamos en todo un día, pero de una vez. Es decir, un atracón no es solamente repetir un plato o comer dos postres, de hecho, la comida que se ingiere suele ser muy

calórica.


Las personas que tienen este síntoma suelen comer más deprisa de lo normal durante el episodio de atracón. Al empezar a comer, pueden disfrutar de la comida, pero esta sensación desaparece pronto y es sustituida por malestar que, a su vez, deriva en pérdida de control sobre qué alimentos comen y qué cantidad ingieren. Como consecuencia, después del atracón, les invaden sentimientos de culpabilidad y vergüenza. Por este motivo, las personas que se dan atracones normalmente se esconden para comer o lo hacen en lugares donde nadie les conoce.


Así pues, los atracones son un síntoma característico de diferentes trastornos de la conducta alimentaria, por ejemplo, las personas con trastorno por atracón tienen episodios recurrentes de atracones e ingieren una gran cantidad de comida aun sin tener hambre hasta sentirse desagradablemente llenas, que conlleva un intenso malestar, culpabilidad y vergüenza.


De este modo, a diferencia de la bulimia nerviosa, las personas con trastorno por atracón no realizan conductas purgativas ni compensatorias (provocarse el vómito, utilizar laxantes o diuréticos, practicar deporte excesivo, ayunos prolongados…).


El trastorno por atracón es el más común de los trastornos de alimentación a nivel mundial, que afecta entre el 1 y el 4% de la población. Además, se da tanto en mujeres como en hombres de todas las edades, aunque suele aparecer alrededor de los 20 años, y a pesar de que cerca del 25% de las personas con sobrepeso presenta el trastorno, también se da en personas con un peso saludable.


En los últimos años y acrecentado desde la pandemia por COVID-19, este trastorno ha aumentado en un 15%. De hecho, el confinamiento fue un claro detonante: se modificaron los hábitos alimentarios, se incrementaron las patologías relacionadas con el estrés, la ansiedad y la depresión, y esto afectó tanto a las personas con trastornos alimentarios como a las personas que tenían hábitos alimentarios saludables.


Hay personas que son más vulnerables a padecer este trastorno, por ejemplo, las personas que tienen baja autoestima, las impulsivas y extravertidas, además de otros factores que pueden favorecer que una persona padezca este trastorno, como realizar dietas estrictas y restrictivas o bajas en calorías, tener subidas y bajadas de peso, la insatisfacción con el propio cuerpo o tener relaciones sociales poco o nada satisfactorias.


Entonces, ¿si me doy atracones tengo un trastorno alimentario?



La mayoría de las personas que se dan atracones, no tienen ningún trastorno alimentario. Pero eso no significa que se relacionen de manera sana con la comida y que puedan buscar ayuda profesional para mejorarla.


Y, ¿Cómo sé si NO tengo una buena relación con la comida?


No tienes una buena relación con la comida cuando:


- Comes sin tener hambre o cuando no sabes reconocer las sensaciones de hambre y saciedad (cuando ya has comido suficiente).


- Sientes culpa por el tipo de alimentos que ingieres o por las cantidades.


- Tienes alimentos, tipos de alimentos o comidas prohibidos.


- Sientes que pierdes el control cuando comes.


- Utilizas la comida para regular tus emociones. Por ejemplo, comes más o ciertos alimentos cuando estás triste, te premias con comida… Es decir, que la comida es un recurso para gestionar tus emociones porque no tienes otras estrategias para ello.


- Realizas múltiples dietas y sientes que ninguna te funciona.


- Realizas conductas para compensar los excesos de comida como ayunos, dietas milagro, deporte excesivo, o purgas con laxantes, diuréticos, vómitos…


- Sientes que no tienes motivación o fuerza de voluntad para llevar una vida saludable.



Si te sientes identificad@ con algunas de estas conductas o tienes dudas respecto a tu relación con la comida, la mejor opción es buscar profesionales especializados.


Siempre es un buen momento para mejorar los hábitos saludables, la relación con la comida, con nosotr@s y nuestro cuerpo.


Emprende el camino Rumbo hacia tu bienestar.

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