La protección en los más pequeños es un aspecto importante en el día a día como papá y mamá. Una de las preguntas habituales que se realizan los padres es ¿somos demasiado protectores con nuestros hijos?
Es un instinto evitar el sufrimiento y necesitar cuidar de los niños con la finalidad de asegurar y garantizar la seguridad física y emocional. Cuidar y proteger es darles atención a todo lo que necesitan para su adecuado bienestar. Mientras que cuando hablamos de sobreprotección, es una implicación excesiva en la atención y el cuidado para mantenerlos lejos de todos los peligros.
Reflexiona sobre estas preguntas, ¿alguna vez has pensado o tomado alguna decisión por tu hijo?, ¿has intentado solucionar sus problemas? Muchas veces queremos anticiparnos a los deseos y necesidades para evitar que sufran o que no tengan dificultades en su desarrollo social, académico y personal.
Este tipo de conductas de sobreprotección hacia el niño pueden limitarle, dejando de aprender a desarrollarse en determinadas situaciones cotidianas y, por ende, en su futuro adulto. Estos comportamientos van más allá de satisfacer las necesidades y el cuidado básico.
Cada día los más pequeños se encuentran con nuevos desafíos de modo que hay que enseñarles a enfrentarse a los problemas y apoyarles, en lugar de sobreprotegerles. Es la balanza entre la autonomía y la dependencia
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