¿Te cuesta identificar tus emociones?
En ocasiones nos sentimos mal y no sabemos qué nos pasa, no sabemos poner nombre a ese malestar que nos persigue diariamente. Para reducirlo, hacemos lo que nos enseñaron en casa o en el colegio o desarrollamos estrategias a lo largo de nuestra vida para reducir ese malestar que tanta incomodidad nos causa.
Bajo mi punto de vista, poco se habla de emociones en los colegios. No nos enseñan absolutamente nada de ellas. En el seno familiar siempre se tiende a invalidar, suprimir o ignorar las diferentes emociones que, desde pequeños y pequeñas vamos sintiendo, aprendiendo así que llorar es de débiles. Aunque cabe destacar que, afortunadamente, en los últimos años, las familias y profesores están dándoles más importancia para que el niño o la niña se desarrolle de manera más adaptativa en el mundo que nos rodea, cada vez más
complejo.
¿Qué son las emociones?
Para nosotras, es un estado psicológico complejo que implican tres componentes distintos como la experiencia subjetiva, la respuesta fisiológica y la respuesta conductual y expresiva.
Como experiencia subjetiva nos referimos a cómo siente cada persona sus emociones.
La respuesta fisiológica es lo que normalmente sentimos en nuestro cuerpo como palpitaciones, sensaciones en el estómago o dificultad para respirar.
La respuesta conductual hace referencia a qué hacemos con estas emociones que vamos sintiendo.
¿Para qué sirven nuestras emociones?
1. Nos organizan para la acción. Regulan nuestro funcionamiento mental, organizando tanto pensamiento como la acción. Por ejemplo, el miedo establece que la meta es escapar, y nos prepara para huir.
2. Las emociones son adaptativas. Señales internas que nos dirigen para poder mantenernos vivos. Conecta nuestra naturaleza biológica con el mundo que nos rodea. Por ejemplo, la tristeza hace que nos cerremos y queramos escondernos.
3. Influyen en nuestro pensamiento y memoria.
4. Las emociones motivan. Nos proporcionan información acerca de nuestras reacciones ante distintos eventos externos e internos que experimentamos diariamente.
5. Las emociones comunican. Dan información a los demás sobre qué queremos hacer y cómo vamos a actuar. Por ejemplo, el llanto de los niños proporciona el cuidado que necesitan.
Como podemos ver, el mundo de las emociones es un sistema complejo que necesita ser comprendido por la persona para poder afrontarlas y regularlas de la mejor manera posible aumentando así su calidad de vida y felicidad. Aprender a regularlas es una tarea que requiere de muchos años de práctica, por ello es importante nuestro soporte social a lo largo de nuestra vida, la comunicación de las emociones y la autorregulación.
Si te encuentras perdido o perdida en saber cómo gestionar tus emociones, no encuentras salida o te gustaría mejorar tus conocimientos para adaptarte mejor a tu entorno, nosotras podemos ayudarte rumbo hacía tu bienestar.
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