“Elisa con lo importante que es ¿por qué nadie nos ha enseñado a ser padres?”
Con preguntas o reflexiones de este tipo me encuentro en consulta innumerables veces. Pero este tipo de reflexión solo nace de ser conscientes de ello, de estar implicados en la crianza o de haber llegado al momento de parar y ver qué y cómo lo estamos haciendo, ya sea por iniciativa propia o porque hay un problema que no desaparece o que en los últimos meses se ha hecho más evidente y complicado. Incluso insoportable ya.
Convertirse en madre o padre no es un título que se otorgue al tener un bebé, sino que es el viaje más largo de tu vida, un proceso. Un proceso de cambio y aprendizaje constante del que forman más parte los padres que los hijos. Pero darse cuenta de ello cuesta… ¡y mucho! Además, todo empieza desde el mismo momento en que nace en tu cabeza la idea de madre/padre. ¿Te irías de viaje a un lugar totalmente desconocido sin una planificación previa? ¿sin pensar en qué tipo de repercusión tendrá en ti y tu vida? ¿te irías sin una maleta con todo aquello que puedas necesitar para el camino? Prepararse para un viaje lleva su tiempo de preparación y ejecución. Hasta para un día rutinario cualquiera haces un pequeño croquis de cómo te organizaras y ante imprevistos ni te cuento. Entonces ¿Por qué no nos preparamos para ser padres? ¿Por qué llegan momentos en que te ves remando a contracorriente con los ojos cerrados sin saber lo que estas haciendo y para qué?
Esto no es la primera vez que lo escuchas “ser padres es una elección para siempre” y es real, es sentirte responsable de mucho, de una personita de la que vas a ser su universo y que verá el mundo y su normalidad a través de tus ojos, de tu normalidad y de tu vida. Y entonces ¿por que no planificarnos y hacemos un croquis de las cosas básicas que debemos saber sobre los niños, su crecimiento, sus emociones y de qué necesito y/o tengo como papá o mamá para afrontarlo? ¿por qué cuando ocurre un problema relacionado con ellos os quitáis la responsabilidad otorgándosela por completo a ese o esa peque? ¿Cuántos de vosotros no habéis pensado en “voy a ir a un profesional a ver si hace que controle esas rabietas de una vez”?
“Ser padres significa cambio y aprendizaje sí, pero más por tu parte (mamá y papá) que por la de ellos (vuestros peques)”
Esta obligación o responsabilidad no es solo de ellos, sino que en gran medida la comparten contigo y con el ambiente familiar que se ha ido desgastando combinándolas con el cansancio y el estrés del trabajo y del día a día viéndote finalmente desbordada/o, gritándoles todo el día y luego arrepintiéndote de cómo lo estás haciendo o por ser “una mala madre” o “una mal padre”.
¿Qué puedes hacer para que esa responsabilidad sea equilibrada y realmente efectiva?
1. Piensa ¿qué parte de responsabilidad tengo yo de su comportamiento?
2. Fíjate en las cosas que haces y como hablas los días que todo sale bien (aunque sean pocos). Esta es la clave realmente.
3. Céntrate en objetivos más a corto plazo.
4. Revisa tus expectativas y la manera en que lo estás haciendo y nivélalas a tus posibilidades y las de tu peque.
5. Busca potenciar y fortalecer el vínculo en familia. Lo más seguro que con el tiempo se haya visto afectado.
6 .Céntrate en saber entender y conectar con las verdaderas necesidades de tus hijos.
7. La calidad es importante, tanto como la cantidad de tiempo que les dediques de manera exclusiva. Aquí habrá que recolocar prioridades, pero no te preocupes esas prioridades van cambiando conforme se van haciendo mayores. Además, vas recuperando más espacios de tiempo para ti y lo que también te gusta hacer.
Cambiando una simple mirada hacia ti, tu responsabilidad y tu objetivo, cambiará tu manera de ver tu propia competencia como p/mami. Llegarás a un punto de calma donde encontrar esos recursos y estrategias que no veías. Y si no acabas de verlas estaré encantada de acompañarte rumbo hacia el bienestar tuyo y de tu familia.
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