¿Qué sucede con aquellas personas que llevan un tiempo abstinentes?
La Navidad es una época del año que trae felicidad para algunos, encuentros familiares que se anhelan durante meses, pero también es un momento de peligrosidad para las personas que sufren una adicción.
Celebraciones y cenas de empresa donde la bebida es un factor común. El alcohol nos rodea de una forma mucho más potente que en otras épocas.
Es importante que no pierdan de vista que la adicción siempre está ahí, que deben tener muy interiorizado su rendición del ego hacia el consumo.
Si tienen el pensamiento de que lo tienen superado es batalla perdida.
Siempre explico la metáfora del interruptor: cuando tenemos un problema de consumo se nos tatúa un interruptor en la cabeza que cuando estamos abstinente se pone en OFF pero no se borra. Y esto se le olvida al adicto. Porque cuando vuelves a tomar una gota de alcohol o cualquier sustancia, los mecanismos en tu cerebro se reactivan otra vez.
Es muy duro interiorizar que el alcohol no puede formar parte de tu vida. Sobretodo porque vivimos en una sociedad que está permitida, que todo lo celebramos con consumo. Que está en todas las casas de una forma natural e interiorizada.
El adicto debe tener muy presente que tiene una enfermedad crónica, que puede tener una vida saludable, pero con restricciones. Siempre lo comparo con las personas que tienen problemas de diabetes. Es una enfermedad que debes tener claro que hay ciertas cosas que no puedes comer y debes tener cuidado con ir midiéndote el azúcar.
Pero es importante que se reflexiones en la balanza, en la paz interior que se consigue
cuando dejas de lado el consumo y tomas las riendas de tu vida.
El adicto debe aprender a pedir ayuda en el caso de que tenga una situación de peligrosidad, incluso estar preparado para detectar las señales que van apareciendo antes del consumo, apertura a su recaída.
Aprender a decir no también es clave para mantenerte firme en tus decisiones. Y sobre todo fiel al principio de que has tomado la decisión de ser el protagonista de tu vida y no el alcohol, haciendo que lo domine todo.
La Navidad es una época donde pueden aparecer emociones desagradables y el alcohol puede volver a cobrar protagonismo porque te facilitaba a manejar la situación. Nada más lejos de la realidad. Aprender a gestionar las emociones es una forma de prevenir la recaída.
Si te sientes identificado no dudes en ponerte en contacto con nosotros. Te ayudamos
a poner Rumbo hacia tu Bienestar.
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