Causas y técnicas para mejorar la baja autoestima
Antes de entrar a valorar cómo es nuestra autoestima, es importante que entendamos a qué nos referimos cuando hablamos de este concepto.
La autoestima es el conjunto de percepciones, sentimientos y pensamientos sobre uno mismo que determinará en gran medida nuestra actitud y la forma de relacionarnos con los demás.
Cuando nos referimos y percibimos a nosotros mismos desde una perspectiva negativa e infravalorada es lo que entendemos por tener una baja autoestima. Esto influye negativamente en nuestro día a día, ya que nuestra forma de percibir el entorno y nuestra manera de comportarnos con los demás parte del valor que nos damos a uno mismo.
Por el contrario, cuando hablamos de tener una alta autoestima, no es un concepto que se refiera a un estado fijo, es decir, la autoestima es un constructo que debe trabajarse diariamente porque debido a la interacción con nuestro entorno, puede cambiar.
Existen muchas señales que pueden indicarnos que nuestra autoestima no es del todo sana, las más recurrentes o que más predominan son algunas de las siguientes, sin embargo cabe destacar que los síntomas son variados y en cada persona pueden se diferentes: sentimiento de inferioridad, inseguridades, ansiedad, dependencia, necesidad de aprobación, miedo a los juicios, dificultad para expresar una opinión o un desacuerdo... etc.
En cambio, ¿cuáles son los motivos por los que una persona puede ser más propensa a tener una baja autoestima?. Del mismo modo que cuando hablábamos de los síntomas, las causas son variadas, sin embargo los factores que influyen en mayor medida en que tengamos una baja autoestima son los siguientes:
- Entorno invalidante
El entorno es uno de los factores más importantes a la hora de desarrollar una buena autoestima, por lo que crecer o relacionarse con personas que tienden a criticar, invalidar lo que sientes y/o castigar los errores que cometemos, va a ejercer gran influencia a la hora de desarrollar una baja autoestima.
- Vínculos desadaptativos
El estilo de apego va a promover que nuestra autoestima se pueda ver afectada, por lo que crecer sin tener un vínculo seguro con aquellas figuras de referencia puede influir negativamente. Lo mismo ocurre con los estilos de crianza sobre protectores o autoritarios con nuestros hijos.
- Haber vivido una experiencia traumática
Tener historia de abuso (psicológico, físico o sexual), haber sufrido bullying durante la edad escolar, estar atravesando o haber atravesado un duelo patológico son algunas de las experiencias traumáticas que pueden incidir en nuestra autoestima, pudiendo generar síntomas como culpabilidad, sentimiento de inferioridad, ansiedad, sentimiento de incapacidad... etc.
Hemos visto cuales serian los factores de riesgo a la hora de tener una baja autoestima,
en cambio algunas estrategias para mejorar nuestra autoestima serían:
- Dejar de comparar o realizar comparaciones justas
Si partimos de una baja autoestima, es fácil que todo aquello con lo que nos comparemos nos haga llegar a la misma conclusión: yo o la parte de mi que comparo siempre es inferior/peor. Esto se debe a que al compararnos únicamente tenemos en cuenta aquellos aspectos valorados por nosotros mismos como positivos o que desearíamos obtener, remarcando únicamente nuestras carencias.
- Aceptación
Trabajar la aceptación de uno mismo es fundamental. Esto incluye aceptar también los errores que cometemos, lo que te permitirá reflexionar sobre aquello que podríamos mejorar y conocerte mejor a ti mism@.
- Mejora tu diálogo interno
El diálogo interno es la forma que tienes de hablar contigo mismo. Definirnos con afirmaciones críticas o bajo la autoexigencia puede conllevar a afirmaciones basadas en los ‘’debería’’, ‘’tendría que...’’... etc. Esto genera emociones desagradables como culpa, frustración... etc., por ello, es fundamental poner el foco de atención en la forma que tenemos de hablarnos a nosotros mismos, con la finalidad de hablarnos de una forma
más compasiva.
- Practica actividades agradables y autocuidados
Incluir actividades en tu rutina que te gusten te permitirá sentirte realizado, como por ejemplo, retomar el deporte, volver a apuntarte a esa clase que disfrutabas... etc., del mismo modo que permitirte realizar autocuidados (pequeños momentos de ‘’yo’’, ‘’mi’’, ‘’me’’, ‘’conmigo’’), como: darte una ducha relajante, ponerte una crema con un olor que te guste... etc.
Estas son algunas de las técnicas que puedes empezar a poner en práctica para mejorar
tu autoestima si consideras que puede estar dañada, pero recuerda que siempre puedes
consultar con ayuda de un profesional que te ayude a rumbo a tu bienestar.
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