Me complace presentar un testimonio real de una persona que entró en el mundo del consumo siendo adolescente y que con ayuda salió. Ahora cuenta su historia para poder ayudar a aquellos que se sienten de la misma manera, como un laberinto en el que no ves salida, Pero sí la hay. Esta es su historia. Gracias por tu valentía. Gracias.
"Mi historia empieza como muchas historias sobre adicción: una prima guay que fuma hachís, un novio del que estuve enamoradísima que también lo hace, y unas habilidades sociales pobres, a la edad de 15 años.
Pese a estar centrada en mis estudios y sentirme arropada por mi familia, durante tres o más años llevé una especie de doble vida, convirtiéndome en otra persona durante los fines de semana. En un momento dado, casi todas mis relaciones sociales giraban en torno a esta droga.
Gracias a dos profesores de mi escuela, pude tomar conciencia de que lo que estaba haciendo no era bueno para mí y de que podía tener un problema. Aún así, nunca creí necesitar pedir ayuda. En el camino para salir de esa espiral, sentí que toqué fondo muchas veces, porque quería cambiar pero volvía a las andadas. La adicción toma formas muy variadas: alcohol, relaciones conflictivas, trabajo excesivo, otra vez hachís,...
Para terminar definitivamente con todo aquello, corté con todas mis relaciones basadas en el consumo. Por fortuna, mis seres queridos seguían a mi lado, ya que al salir de aquel mundo me derrumbé emocionalmente al ver el daño que había causado. Fue un proceso largo dejar atrás la culpabilidad, irritabilidad, ansiedad, entre otras cosas.
Cada vez me hice más consciente de qué me había pasado y por qué, a veces leyendo artículos de psicología sobre el tema. También me ayudó mucho sincerarme con mi madre. Sé que su comprensión y tolerancia jugaron un papel decisivo. Comencé a practicar hábitos sanos, como hacer deporte, y aprendí a construir relaciones sanas. Con el tiempo, también aprendí a dejar el pasado atrás y aceptarme como soy.
Ahora mismo, con 29 años, lo recuerdo y me doy cuenta de que esta experiencia marcó profundamente mi vida, aunque me cuesta creer que esa persona fuera yo. Quería compartir mi historia porque hace poco me planteé ser voluntaria en Proyecto Hombre, y siento que un nuevo camino se abre bajo mis pies." Anónimo