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Un enfoque sistémico para trabajar con miembros del sistema familiar sin la necesidad de que acuda la persona con la que tenemos dificultad a la consulta.
Estas últimas consultas familiares me han demostrado la importancia de respetar los procesos y los tiempos de las personas a la hora de acudir a consulta.
Hay situaciones que entrampan a las familias y que incluyen a diferentes protagonistas (padres, hijos, hermanos).
En ocasiones, alguno de los miembros del sistema familiar se niega a acudir a la 1a Entrevista. Desde mi posición de terapeuta comprende que no es fácil sentir que el resto de familiares te consideren responsable de la situación de conflicto familiar.
Respeto que uno o varios miembros decidan no acudir a las consultas. Seguramente sus motivos sean tan válidos como comprensibles.
Desde el enfoque que trabajo, una mirada sistémica, me basta con que acudan a consulta las personas que están motivadas al 100% en la resolución de la situación-problema. En estos casos, trabajar con una parte del sistema (los padres por ejemplo) facilita el que se pueda trabajar indirectamente con el resto de las personas del sistema familiar que no están interesados en acudir a la consulta.
Los resultados son sorprendentes y facilitan el que se pueda avanzar hacia la consecución de algunos objetivos que suponen una mejoría en la situación.
Me resulta útil distinguir entre: cliente, acompañantes (personas interesadas en que la situación cambie), visitantes (personas que acuden a la consulta pero de manera pasiva, sin intención por cambiar las cosas) y acompañantes (personas que acompañan para que otras personas cambien).
Un pequeño cambio en una parte del sistema hace que el resto de las partes tengan que moverse para dar paso a la transformación