Es habitual encontrarnos en las consultas de logopedia, a padres que nos preguntan sobre cómo poder estimular el lenguaje de sus hijos, ya que se encuentran preocupados al ver que no siguen el ritmo que deberían.
En ocasiones son ellos mismos los que se dan cuenta de este pequeño retraso en sus hijos, pero también hay casos donde ha sido el centro escolar o la guardería los que les han puesto un toque de atención, lo que aumenta aún más si cabe su preocupación.
Es importante la estimulación del lenguaje en los niños de 0 a 3 años, porque es el momento en el que se crean las bases y los pilares para un correcto desarrollo lingüístico posterior. También es cierto, que no podemos exigir a los padres o cuidadores que hagan el papel de un terapeuta, ya que puede crear ambientes más tensos en casa, al sentirse estos niños constantemente forzados y evaluados.
Los padres también pueden verse agobiados al ver que no tienen comunicación con sus hijos de forma natural, sino que siempre están haciendo ejercicios para trabajar con ellos. Por tanto, los padres/cuidadores siempre serán un apoyo y nunca recaerá sobre ellos, todo el peso de la intervención de sus hijos.
Lo más importante que hay que saber, es que el juego es la mayor fuente que tenemos para hacer esta estimulación. Los niños pasarán ratos divertidos junto a los suyos, y van a estar trabajando su lenguaje sin darse ni cuenta.
Algunas actividades y pautas que pueden ayudar a estimular el lenguaje en casa son:
No usar preguntas cerradas, es decir, preguntas donde el niño solo tenga que contestar si/no porque detienen la comunicación. Usar preguntas abiertas en las que el niño/a tenga que expresarse. Por ejemplo, en lugar de decir: ¿quieres leche?, le diremos ¿Qué quieres desayunar, leche, zumo, galletas…?
Agregar lenguaje a sus producciones. No repetiremos su producción como la dice, sino que siempre la vamos a alargar. Por ejemplo, si dice “galleta”, le diremos “ah, qué quieres una galleta” y cuando se la demos “toma, aquí tienes la galleta”.
Contarle cuentos, siempre adaptados a su edad, y que tengan ilustraciones para que el niño pueda seguir la narración. Al terminar podemos hacer preguntas sobre el cuento o pedirle que ahora nos lo cuente él.
Hacer ruidos de animales, instrumentos, transportes, objetos domésticos… y adivinar de qué se trata.
Jugar al veo-veo. Servirá para trabajar la conciencia fonológica y también el vocabulario.
Hacer enumeraciones: “vamos a decir 10 cosas que podemos ver en la cocina” o “diez cosas que vemos en el parque”.
Jugar a los contrarios.
Nombrar las partes del cuerpo cuando esté jugando con un muñeco o muñeca.
Estos son algunos consejos para hacer en casa, pero si vemos que nuestros hijos, sobrinos…pueden tener algún problema, lo mejor es acudir a un especialista. En Ian de psique podemos ayudarte. ¡Pide cita!