La disfonía es un trastorno o anomalía cualitativa o cuantitativa de la fonación o de la voz humana, causada por una alteración funcional u orgánica. La disfonía en su grado máximo se llama afonía y se corresponde con la pérdida total de la voz.
Causas:
Se dividen en dos grandes grupos: orgánicas y funcionales.
Las disfonías orgánicas son aquellas que están causadas por una lesión anatómica en los órganos de la fonación como cáncer de laringe, traumatismo laríngeo, etc.
Las disfonías funcionales son aquellas que están causadas por un abuso vocal (sobreesfuerzo), por una mala técnica vocal, o por ambas causas a la vez. Este es el caso de los profesores que utilizan su voz como herramienta de trabajo y como medio principal para la ejecución de su actividad laboral.
De entre todos los profesionales que utilizan su voz como herramienta de trabajo (locutores de radio, cantantes, operadores, traductores simultáneos…) los profesores son el primer colectivo con riesgo de padecer trastornos de la voz.
La disfonía tiene una incidencia del 5% en la población general y de casi el 40% entre los docentes. Hay estudios que revelan que esta incidencia va en aumento y que afecta más a mujeres que a hombres, aunque el porcentaje está bastante equilibrado.
¿Cuáles son los síntomas habituales?
Variaciones en la intensidad de la voz. Sensación de que no sale la voz y hay que hacer un esfuerzo para poder sacarla.
Tos.
Ronquera, carraspeo.
Dolor de garganta al hablar. Pinchazos en la zona anterior y lateral del cuello.
Dolor y tensión en el cuello y la parte superior de la espalda.
Sensación de cuerpo extraño en la garganta o picor.
Cansancio rápido al hablar.
Faringitis frecuentes.
Dificultad para mantener la voz al final de la jornada laboral.
Algunos consejos que pueden ayudarte a mejorar:
- Mantener una buena hidratación, tomando dos litros de agua al día. Siempre llevar una botella durante las clases.
- Limitar la ingesta de bebidas con cafeína y alcohólicas que reducen la lubricación de las cuerdas vocales.
- Evitar fumar.
- Evitar climas interiores artificiales, secos y la respiración de aire contaminado.
- Limitar el uso de la voz en restaurantes o fiestas ruidosas.
- Evitar aclarar la garganta o toser con fuerza o con sonido.
- Dejar de gritar. Utilizar micrófono para dar la clase si es necesario.
- Hablar siempre hacia el alumnado, no explicar mientras se escribe en la pizarra dando la espalda.
Si padeces los síntomas comentados anteriormente y crees que necesitas ayuda, consúltanos, realizaremos una intervención específica para la voz profesional y te proporcionará estrategias y técnicas que reduzcan el sobreesfuerzo vocal, causante de estos problemas.