Desde hace muchos años, incluso antes de que estudiara la carrera de Psicología, oía a la gente hablar sobre “ataques de ansiedad”, y conforme han ido pasado los años he ido comprobando el gran uso de estas palabras para describir un problema emocional que es bastante común (la mayoría de los estudios afirman que un 20% de la población ha sufrido este problema emocional a lo largo de su vida).
Esto que llamamos “ataque de ansiedad” se trata de una repentina aparición de una gran cantidad de ansiedad. En esos momentos se experimentan con gran intensidad los síntomas propios de la ansiedad, tales como taquicardia, perdida de sensibilidad (se pueden dormir las extremidades superiores o inferiores), palidez, frío, mareo, falta de aire, hiperventilación, ahogo, dolor o pinchazos en el pecho, calor, sudor, boca seca, nudo en el estómago, ver lucecitas, sensación de irrealidad… entre otros.
En estos momentos, la persona teme que le ocurra algo grave, cree que puede tener un ataque al corazón, que puede morir porque está sintiendo cosas muy intensas…tiene miedo a volverse loco, a perder el control o incluso a desmayarse o ahogarse. Esto, en términos de psicología, se llama sufrir un ataque de pánico.
Normalmente, cuando sufrimos este malestar tan intenso, queremos librarnos tan rápidamente de este malestar que intentamos buscar ayuda acudiendo a urgencias, buscando un médico, llamando a algún familiar, buscando un sitio seguro o realizando cualquier conducta que haga que este malestar se reduzca de manera considerable. Estas conductas que tendemos a hacer las llamaríamos conductas de seguridad.
Como os he comentado anteriormente, sufrir un ataque de pánico a lo largo de tu vida no sería raro, podríamos decir que es algo habitual. El problema surge cuando a partir de esa primera experiencia, los ataques de pánico empiezan a repetirse con cierta regularidad, cuando empiezan a ser habituales, y sobre todo cuando tenemos miedo constante a tenerlos. En este momento es cuando nos encontramos ante un problema psicológico ante el cual deberíamos solicitar ayuda profesional.
Un gran número de personas que presentan este problema emocional, para evitar sufrir una nueva crisis, comienzan a dejar diversas situaciones que sería difícil escapar o pedir ayuda. Se empieza a evitar situaciones o se tiende a escapar de ellas volviendo a un sitio seguro. En estos momentos la vida de la persona se empieza a limitar y puede desembocar en otros problemas de los que hablaremos en próximos artículos.
Es importante la búsqueda de ayuda si detectamos que estamos sufriendo este problema, lo que crees que está bajando tu ansiedad y está evitando el problema lo está empeorando. Es muy bueno conocer mejor el funcionamiento de las conductas que nos lleva a hacer el sentir este malestar. En Ian de Psique te damos las estrategias para conocer tu problema y afrontarlo.