“Tengo una vida llena de estrés, siento ansiedad”, “Siento ansiedad cada vez que tengo que salir a la calle ya que lo paso mal ante los espacios abiertos”, “Ver a esa mujer me da ansiedad, sospecho que puede tener algo con mi marido”, “La ansiedad se me dispara cada vez que veo un ratón”, “Tengo cinco exámenes la semana que viene, tengo ansiedad”… ¿estas afirmaciones no os resultan familiares?
La ansiedad está muy presente en nuestra vida cotidiana, normalmente es una respuesta emocional que valoramos como negativa, ya que su respuesta física no nos resulta agradable (taquicardia, opresión en el pecho, palpitaciones, temblores, sudoración, molestias en la boca del estómago (lo que llamamos nudo en el estómago), tensión y rigidez muscular, hormigueo…entre otras) y nos hace sentir mal. Pero, ¿la ansiedad realmente es mala?
La ansiedad es un mecanismo de supervivencia, no es algo negativo sino que es una respuesta emocional que permite que el organismo se ponga en alerta y active todos sus mecanismos de defensa para aquellas situaciones que se valoran como peligrosas.
Pongámonos en situación: vas de noche, por un callejón oscuro, no hay nadie por la calle y ves a lo lejos avanzar rápidamente hacia ti a una persona que no conoces. Nuestro mecanismo se activa porque puede ser una situación de peligro (nos pueden atracar) y huimos de la situación. Si realmente era una persona que quería atracarnos la ansiedad ha actuado a nuestro favor evitando que no nos pasara algo malo. Algo que también pasaba en nuestros antepasados cuando se veían en una situación de peligro (como un animal que venía hacia ellos) la ansiedad aparecía y eso facilitaba que escaparan de la situación.
¿Cuándo es mala la ansiedad entonces? La ansiedad se convierte en patológica cuando se convierte en una reacción desproporcionada ante una situación que valoramos como potencialmente peligrosa pero que realmente no lo es. El comportamiento se ve afectado de tal forma que de ser una reacción defensiva pasa a convertirse en una amenaza que la persona no puede controlar.
La realidad es que la ansiedad no es ilimitada, nadie puede morir de ansiedad, que es lo que realmente nos asusta. La ansiedad llega un momento que baja si la dejas pasar… lo importante es aprender las estrategias adecuadas para poder gestionarla.
¿Tienes ansiedad y no sabes cómo abordarla? Desde Ian de Psique podemos ayudarte.
Comentários