Esta frase la han escuchado muuuchos muchos papis. Son miedos muy comunes y que van casi unidos. Las situaciones que me cuentan los padres en consulta me transmite lo horribles que pueden llegar a ser las noches. A veces, no sé si la temen más los padres que los peques… Sabemos que tener miedos o fobias en la infancia es normal, pero ¿cuándo deja de ser normal y empieza a ser un problema? Sobre todo, si éste es desproporcionado y va en aumento y cuando las consecuencias de es

¿Cuántas veces os habéis sentido frustrados? La respuesta a esta pregunta es fácil de predecir. Seguramente, en numerosas ocasiones. Sentimos frustración ante situaciones que se escapan de nuestras manos. Situaciones en las que, a pesar de haber puesto todo nuestro empeño para conseguir unos determinados objetivos, no salen tal y como nos gustaría. Veamos la definición estricta de la palabra. “Imposibilidad de satisfacer una necesidad o un deseo”, “sentimiento de tristeza, de

“Él debería hacer lo que yo pienso”… ¿Te suena? Cuando estamos en un bucle de pensamiento donde nuestro eje central es esto no nos damos cuenta que queremos que el otro haga lo que yo quiera, sin pensar en que el otro puede hacer lo que realmente quiera en base a su criterio, no al nuestro. Y además, lo siguiente de nuestros pensamientos es llegar la frustración, sentimiento que se nutre de una falsa expectativa de esperar a que se cumpla lo que hemos pensado. Y para terminar

Agosto nos ha dicho adiós y, aunque a la fuerza, le hemos tenido que dar la bienvenida a nuestro temido y ansiado septiembre. Si eres una mami o papi que lleva estos dos meses con tus hijos a tope la sensación es como “yujuuuu”, pero si eres un peque o adolescente la sensación es más como “¡¡??”. Para los niños la vuelta al cole es como nuestra vuelta al trabajo. Por una parte, hay ganas de ver a los compis e incluso de volver un poco a nuestra querida rutina. Por otra parte,